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  >  Ruta65   >  Conozca a Monika Hesse, la alemana que trabaja por el rescate de la naturaleza en Restrepo, Meta

#LlanosOrientales #Colombia #Gastronomía

Hace unos días visitamos El Santuario Cosmogénesis, un lugar donde se respira naturaleza pura de principio a fin y donde el estilo de vida está guiado por la filosofía de la Permacultura: vivir en armonía con las leyes de la naturaleza. 

Allí conversamos con su fundadora y gerente Monika Hesse, una alemana que desde hace más de 10 años reside en Colombia y ha estado trabajando en proyectos de desarrollo rural y restauración de ecosistemas con campesinos. Aprovechamos para indagar un poco sobre su vida y cómo ella termina en este lado del mundo regenerando un potrero hasta convertirlo en un bosque. 

¿A qué edad empieza a interesarse por el cuidado de la naturaleza y la permacultura? 

El interés por la permacultura empezó a muy temprana edad. Cuando yo tenía trece años les decía mis padres “Yo quiero ser exploradora de la naturaleza”, a lo que ellos y otras personas más me respondían que yo estaba loca, que todavía estaba en la pubertad y que después iba a cambiar todo. Era tanto así que me tenían ya un apartamento al lado de nuestra casa para que me fuera a vivir allá porque nunca se imaginaban que yo realmente pudiera hacer realidad ese deseo de salir.  

Para ese momento yo ya sabía que quería trabajar en América Latina, por ejemplo, en Bolivia o Nicaragua porque al haber escuchado las historias de ellos en procesos de desarrollo rural fue que me motivaron también a hacer algo que tuviera sentido, me hizo pensar que era con mucho sentido, un trabajo satisfactorio. 

Todo ese trabajo con las comunidades es algo que quería hacer porque en Alemania era una sociedad económicamente bien, pero ya psicológicamente tenía muchos problemas, ya no había, así como nada que hacer porque todo parecía estar listo, terminado. 

De ese punto ¿cuál fue el paso a seguir?  

Cuando tenía 15 años empecé a estudiar español por las noches en una escuela. Luego llegó el tiempo de la universidad y escogí la carrera de Ingeniería Internacional de los Trópicos y Subtrópicos, yo me considero agroecólogaEstudie eso por un lado porque me permitiría trabajar en Latinoamérica y también porque siempre me gustó el trabajo con la naturaleza, con las plantas, los alimentos y también ese enfoque de la agricultura orgánica, que es sin implementar agroquímicos, sino más bien cosas preventivas. 

Pasa que muchas enfermedades se generan por mala alimentación o también por desnutrición en el caso de las comunidades indígenas, entonces quería entrar por ese lado preventivo y de cuidar todo lo que tiene que ver con la naturaleza porque en ese tiempo ya se notaba todos los desequilibrios ecológicos. 

¿En qué momento nace la iniciativa de recuperar un terreno que no es nada más que pasto? 

Fue ya trabajando con los campesinos en la transformación de sus parcelas a partir de principios agroecológicos que surgió el deseo de transformar una finca para poner en práctica todo lo que estaban aprendiendo y enseñar desde el ejemplo, invitando a grupos de personas, estudiantes, campesinos y a todas las personas que les interesara a pasar ese mensaje de una alternativa de vida, que sí se puede vivir diferente, que sí se puede poner un límite al crecimiento. 

¿Cómo llega a Restrepo, en el Meta?

Estando en Alemania conocí a quien es ahora mi exesposo y pues juntos trabajamos en Centroamérica durante cinco años y luego nos vinimos para Colombia. y como te contaba, cuando uno asesora tiene que dar testimonio, predicar con el ejemplo. Eso nos motivó a transformar una finca que primero fue La Cosmopolitana. 

Era una finca de 30 hectáreas, pero estaba muy abandonada, no tenía árboles ni una proyección. Entonces empezamos todo un proceso de cuidado, de recuperar los soportes de la vida como el agua, el suelo, el bosque, las semillas nativas… y así empezó ese proceso cuando todavía era solo un terreno. 

Entonces, ¿cuándo empieza el proyecto de Cosmogeénsis 

Luego de un tiempo de estar juntos nuestros caminos se dividieron y yo estuve unos años en Venezuela, otro año en Alemania. Cuando regresé, como en el 2008, retomé la mitad de la finca que no tenía infraestructura ni nada, entonces empecé con el proyecto de cosmogénesis implementando la filosofía de la permacultura. 

Aquí empezamos el proceso sembrando Yopos que genera unas condiciones en el suelo para que las semillas, traídas por los murciélagos, los pájaros, por el viento, ya puedan caer en tierra fértil y se puede regenerar el bosque. Así hemos logrado transformar lo que antes era un desierto verde con potreros bastante degenerados a un sistema de bosque y es lo que hoy llamamos el Santuario Cosmogénesis.