Este imponente lugar de contemplación que se alza sobre el piedemonte tauramenero como águila que custodia la llanura, posee una ubicación privilegiada que le otorga una panorámica de casi 360 grados no solo de las llanuras casanareñas, sino también de las serranías aledañas. Con casi mil metros de altura sobre el nivel del mar, el cambio de clima y las ráfagas de aire puro dan señales de vida, verdor, y, sobre todo, emoción, puesto que el paisaje que se contempla pareciera sacado de un cuadro de museo.
Sobre la carrera 16, a la altura de la calle 18B, encontrará la primera de muchas señalizaciones que lo guiarán hacia la vereda vicinaca, y por consiguiente a Balcones de cacique. Recomendamos desplazarse en vehiculo 4×4 ya que, dependiendo de la época del año, el camino destapado de ingreso al destino podría presentar irregularidades.
Nosotros estuvimos allá y les contamos nuestra experiencia aquí.