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  >  Ruta65   >  Virgen de palmichal, un monumento en las montañas

#Meta #Cundinamarca #Casanare

Escondida en las montañas de Villavicencio, esta representación artística de la virgen María, se erige para custodiar las montañas de la vereda “La Argentina”. 

En zona rural de la capital del Meta se avista expectante un particular monumento de concreto y yeso que replica la imagen de la madre de Jesucristo. Este curioso símbolo del cristianismo y motivo de peregrinación y contemplación posee una privilegiada ubicación en medio del verdor de la cordillera, que, junto con la fresca, cómoda y natural ruta de senderismo que debe transitarse para conocerla, la convierten en un destino turístico por excelencia. 

Para llegar hasta este lugar, se debe tomar la Ruta65 en sentido Restrepo – Villavicencio, luego, a la altura de la glorieta de las arpas, se debe virar hacia la vía alterna a la grama, cruzar el antiguo puente del río Guatiquia, en donde encontrará un aviso que le dará la bienvenida a la vía de acceso a vereda “La Argentina”, para finalmente desplazarse un par de kilómetros hasta llegar al centro poblado. Una vez allí se atraviesa el puente de la quebrada “colorada”, se gira a mano izquierda y se empieza el ascenso de 6km hacia la famosa virgen.  

La ruta es un crisol de paisajes, con cada kilómetro recorrido, y con cada metro ascendido, las vistas evolucionan en relación con la altura, la geografía y la densidad vegetal, por eso, tras unos cuantos minutos de caminata se puede pasar de un valle despajado con el sol a las espaldas, a un túnel verde lleno de frescura y humedad, o podría aparecer de repente una quebrada, para luego contemplar un nacimiento de agua brotando de la montaña. Por otro lado, es curioso descubrir que este sendero también sirve como ruta de acceso a diversas fincas y parcelas, por lo que es muy común ver mulas y caballos transportando víveres y personal desde la zona veredal hasta las montañas.  

Curva tras curva y piedra tras piedra, el afamado lugar empieza a emerger de entre las montañas, y aunque el cansancio pueda aparecer en algunas ocasiones, la sensación de navegar por un mar verde, que en suele ser tan instintiva e innata, compensa cualquier sentimiento de arrepentimiento. 

Finalmente, tras más de una hora de caminata, se llega a la virgen de palmichal, un agradable claro en la cima del cerro que, con una impresionante vista, brisa y tranquilidad, cautiva los sentidos, y se convierte es un gran espacio de descanso luego de la caminata. Sin embargo, allí no termina todo, resulta que esta interesante estatua es la antesala de un espectáculo de la naturaleza que hace aún más atractivo al lugar, se trata de la cascada de palmichal, una ensordecedora caída de agua completamente vertical que supera los 10 metros de altura. 

Para llegar allí se continua por el sendero cerca de 15 minutos, para finalmente desembocar en la cascada, es importante saber que este lugar es muy concurrido los fines de semana en horas de la mañana, por lo tanto es muy común encontrar “equipo” para ascender acompañado y así mismo garantizar una caminata exitosa, no obstante siempre es indispensable aplicar el sabio dicho que reza “preguntando se llega a roma” por lo tanto, no desaproveche cualquier oportunidad de obtener informaciones con los locales, quienes amablemente accederán a orientarle hacia estos lugares. 

Tras haber disfrutado de la naturaleza y recargado energías, se procede con el descenso y por ende la etapa final del recorrido, en este caso el desplazamiento es por la misma ruta de ascenso, y que la moral no se acabe, pues esta será una segunda oportunidad para disfrutar de la montaña y descubrir, si se es curioso y observador, esa belleza natural que se esconde en el campo llanero.  

Si deciden emprender esta aventura no olviden hacerlo con la guía y/o apoyo de un operador turístico certificado que pueda ofrecerles seguro contra accidentes.  

Buena suerte viajeros y recuerden que la Ruta 65 y sus innumerables aventuras, delicias y bellezas los esperan.   

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