Podría decirse entonces que este sombrero es el más autóctono de la región, ya que estas formas se han popularizaron a tal punto que, hoy en día, se producen de forma artificial para crear una variante que lleva el nombre de topochero o veguero, adjetivos que refieren a las características campesinas y “finqueras” de quienes originalmente lo usaban.
El topochero no tiene un precio fijo, en el mundo de los sombreros, hay materiales y calidades para todos los presupuestos, así que si deseas adquirir uno y sentirte un verdadero llanero, no dudes en visitar cualquiera de las tiendas de sombreros presentes en la Ruta65, relacionadas a continuación.