“Más resoplón que caballo corrido”
En esta afirmación se hace referencia a la agitación física que refleja un caballo después de una carrera o una fuerte galopada, en ese sentido, la respiración agitada y los resoplidos típicos de estos casos sirven como analogía de comparación para referirse, en algunos casos, a personas “contestonas” o “quejumbrosas”.
“Más mentiroso que romana de palo”
Lo balanza romana es una importante herramienta de pesaje portátil usada, principalmente, en regiones aparatadas del país, está hecha de metal fundido y contrapesos de hierro y en este caso, al hablar de forma absurda e irónica de una “romana de madera” se apela entonces a lo inexistente, a lo falso y, por lo tanto, a la mentira.
“El que remienda no estrena”
En términos sencillos, quien sigue invirtiendo tiempo y energía en algo sin remedio, nunca logrará un cambio real.
“Más resabiado que la mula que tumbó al diablo”
Si una mula en si misma ya es una bestia de mal carácter, una mula que ha logrado tumbar al “diablo”, rey de la maldad, ha de ser un animal mucho más malvado que él.
“El que sabe, no se apura”
El conocimiento y la calma son buenos amigos, por esto se infiere en este refrán, que alguien con conocimiento y sabiduría, no se apura sin fundamento.
“El que da y quita, el diablo lo visita”
Regalar es un acto de amor, sin embargo, regalar y luego quitar se considera un acto de poca lealtad y bajos valores, que, de acuerdo con este adagio, será castigado por el “diablo”
“Bueno es cilantro, pero no tanto”
En pocas palabras, nada es bueno en exceso, las cosas en demasía son dañinas o poco beneficiosas.
“Ahí es cuando al caballo le da risa”
Esta es una versión del famoso, “el que ríe de último ríe mejor”, en donde se alude a que las cosas deben hacerse con esmero en vez de afán.