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  >  Ruta65   >  Llegó lo que muchos estaban esperando: la receta del tradicional tungo de arroz

#Colombia #Tungos #Gastronomía

Si hay algún producto gastronómico representativo de la Orinoquia colombiana más allá de la mamona (o carne a la llanera) es el tungo o envuelto de arroz, ese amasijo de forma cónica, textura suave y de sabor un poco dulce que se disfruta en el desayuno, cena o merienda acompañado de cualquier cosa que el antojo traiga.

A pesar de su popularidad en el llano, poco se habla de su receta que se desde hace décadas ha venido heredándose entre las familias. La costumbre es madrugar a comprarlos en los puntos principales de la ciudad para llevarlos a casa recién salidos de la olla.

Sin embargo, en Ruta65 pensamos en los amantes de la cocina (pero de cocinar y no solo comer) y por eso les traemos la receta del tungo de arroz para que lo hagan en sus casas.

Aliste estos ingredientes:

  • Arroz, obviamente.
  • Hojas de plátano bijao.
  • Pichero (leche agria).
  • Queso campesino o cuajada.
  • Azúcar.
  • Sal.
  • Agua.

¿Y las cantidades? El arroz y queso se necesitan en partes iguales (si son 500gr del uno, van 500gr del otro). De la leche, con solo una taza es suficiente, mientras que de azúcar y agua le puede echar al gusto. Por último, de sal solo use una pizca para balancear sabores.

¡A cocinar!

1. Cocine todo el arroz hasta que esté bien blandito y con una textura cremosa -mazacotudo, dirían por ahí- para poder amasarlo con facilidad. Tip: cocinar el arroz con canela o clavos da un toque especial.

2. Cuando esté a temperatura ambiente, mézclelo con el resto de los ingredientes hasta obtener la textura y el sabor que más le guste. No sobra decir que en este paso no se le incluyen las hojas de bijao.

3. Tome una de las hojas de bijao, ponga una cantidad de mezcla moderada -ni mucho, ni poquito-, envuelva y arme el envuelto.

4. Finalmente, cocínelo a baño maría durante media hora.

 

¡Y listo! Si lo desea y su paladar es todo terreno, péguele el mordisco recién salido de la olla cuando está humeante todavía. Pero por su propia seguridad, déjelos reposar un ratico. Además, así los saborean mejor.