1. El primer es dejar el arroz remojando en agua desde el día anterior. Importante que sea agua potable porque no se va a hervir.
2. Al siguiente día, poco tiempo antes deje la mantequilla por fuera para que se derrita completamente.
3. Cuando la mantequilla esté líquida, tome todos los ingredientes y póngalos a licuar hasta que logre obtener una textura semilíquida (como suele ser la masa para crepes tradicional.
4. En un sartén -preferiblemente antiadherente- ponga un poco de aceite y llévela a fuego bajo.
5. Tome un poco de la mezcla con un cucharón y viértala suavemente en la sartén de tal forma que la crepe quede bien redonda. En Este punto se recomienda subirle un poco al fuego.