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  >  Ruta65   >  Cuatro exóticas delicias de la naturaleza presentes en la Ruta65

#Meta #Cundinamarca #Casanare

Colombia es uno de los países más diversos del mundo, y por supuesto, esta gran variedad incluye a la fruta, alimento que se vende como pan caliente en los distintos municipios que atraviesa la Ruta65.

Teniendo en cuenta que la fruta es tan tradicional en nuestra cultura como lo puede llegar a ser cualquier platillo típico, a continuación, le presentaremos cuatro variedades exóticas presentes a lo largo del corredor vial Villavicencio – Yopal y que quizás no conocía.

Manirita

Con un aspecto delicado y llamativo, esta bella fruta que se asemeja a la guanábana posee el privilegio de ser una de las pocas variedades exóticas y nativas de los llanos orientales, encontrándose de forma silvestre en las sabanas del Casanare.

Su dulce y su suave textura, cómo de guanábana, la hacen irresistible al paladar y su condición de fruto silvestre lo convierten en un gusto muy exclusivo que solo los llaneros pueden darse. No es muy común verlas en tiendas o supermercados, es más sencillo encontrarla en áreas rurales o zonas de reserva.

Rambutan

Primo extranjero del mamoncillo, esta drupa (frutos carnosos con una sola semilla en el centro), es originaria del sudeste asiático y se cree llego a América a principios del siglo veinte. Al interior de su particular cáscara se esconde una pulpa blanca y jugosa que puede llegar a ser (si está maduro) muy dulce y mielosa.

Con un aspecto cómo de otro planeta, este curioso, exótico y muy popular fruto se ha convertido en el favorito de los comerciantes ambulantes de fruta de los concurridos centros de las capitales de la Ruta65 (Villavicencio – Yopal).

Rico en vitamina C, riboflavina, proteínas y minerales, este nutritivo fruto ayuda a aumentar la energía, y ¿por qué no?, calmar un antojo de dulce, y que mejor forma de hacerlo que a través de este delicioso postre de la naturaleza.

Rambutan 2

Foto de Orsys _togr*phy en Pexels y Foto de S*id Zuz*w*rsy*h en Pexels

Guama

Este curioso fruto se caracteriza por una larga vaina en la que se almacenan de forma consecutiva múltiples semillas recubiertas de un mucilago (carnosidad suave) que se asemeja a una nube, logrando que, junto con su dulce sabor y suave textura, niños, jóvenes y adultos, sientan fascinación y agrado por el consumo de esta curiosa pero muy nativa fruta llanera.

Abunda en temporada de lluvia, momento en el que la cosecha silvestre llega a su punto más productivo. Su presencia en zonas rurales es elevada, por ello es muy frecuente que, en municipios pequeños, sea un fruto de pan coger disponible a la vuelta de la esquina. Es común encontrarla a la venta en las zonas céntricas de municipios o en las inmediaciones de plazas de mercado.

Zapote

Cosechado de enormes arboles de entre 30 y 45 metros de altura, este delicioso fruto, nativo de nuestro continente, engaña a sus fanáticos con una rústica cobertura color marrón verdoso que esconde en su interior unas sabrosas bayas carnosa teñidas de un característico tono anaranjado, hecho que le ha valido para que su nombre se haya convertido en sinónimo indiscutible del color naranja.

Este delicioso y afamado fruto se ha posicionado como una exitosa y tradicional delicia llanera que se comercializa, casi siempre, después de mitad de año. Su producción generalmente es artesanal, debido a que un solo árbol maduro es capaz de producir más de 100 zapotes.

Zapote

Sin duda estos 266 kilómetros de recorrido están cargados de diversidad, variedad y sabor, por eso ahora que conoces o recordaste estas deliciosas y exóticas frutas, ¿Qué estas esperando para recorrer la Ruta65?, la próxima vez podrías ser tú quien descubra una nueva.