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  >  Llaneridad   >  Argemiro Piraban, un llanero veguero de antaño

#Aguazul #Casanare #Colombia

En el llano adentro, a 29 kilómetros aproximadamente desde la zona rural del Aguazul Casanare hacia la vereda La Esmeralda, existe un lugar colmado de mucha tradición llamada la finca Altamira, un lugar donde convive un hombre conocido por los casanareños y quien manifiesta la cultura llanera a mucho honor; don Argemiro Piraban es un personaje altamente importante en esta tierra, pues es conocedor de la historia de los llanos orientales y su cultura en general. Su aspecto físico y su forma de hablar hacen de él un completo llanero.  

 

Este aguazuleño durante toda su vida, ha sido trabajador oficial del llano, se ha desempeñado como encargado, caporal, mensual y caballicero, de hatos y fincas, aprendió desde muy joven a volear hacha, a ensillar un caballo, a construir, a jinetear, entre otras actividades. Era el muchacho de confianza de sus patrones por su entrega al trabajo. 

 

Es amante y le apasiona hablar de la llaneridad, se le nota a simple vista el amor por su tierra y por lo que tanto ha aprendido, su escuela fue el llano y el andar por la tierra plana. Por este sentimiento y entrega su amada esposa lo apodó como el Llanero Veguero; lo aprecia tanto que se presenta con ese nombre.  

“La modernidad y la tecnología no es mi fuerte, no la entiendo y tampoco quiero aprender. Tengo la certeza de que, sin necesidad de estos medios, la tradición y lo autóctono del llano no va a ser olvidado jamás”.
Argemiro Piraban.
El Llanero Veguero.

Siendo un hombre de mucha experiencia, inicia en su finca un proyecto hecho con esfuerzo y dedicación, diseña una caballeriza llanera con estructura netamente criolla desde el piso hasta la cumbrera y la apropia de todo lo que sabe hacer, desde un llavero hasta una campechana. Los elementos que se encuentran decorando este lugar son elaborados por sus manos, todo claramente autóctono. Hay una cantidad de representaciones que él aprecia y habla de estos con propiedad y conocimiento. 

 

Encontramos en este pequeño museo: cabrestos, cacheras, tinajera, aperos, riendas, sogas, rejos, verijas, bozales, campechanas, parihuela, zurrón, entre otros. Los juegos artísticos tradicionales también es su fuerte, como el bolo criollo, trompo con la zaranda y una serie de juegos elaborados para así poder participar y jugar en diferentes encuentros con personas que lo visitan y lo invitan.