A tan solo 14 kilómetros del casco urbano de Monterrey, Casanare, se encuentra una gigantesca piedra que, ubicada en la cima de una montaña, pareciera haber llegado allí por arte de magia. 

Si se deja volar la imaginación, pareciera que esta imponente formación fue puesta en su particular ubicación por gigantes, no obstante, esta no es más que otra muestra de la diversidad de ecosistemas, topografías y climas que esconde el piedemonte llanero, y es que, como habrán podido apreciar, en cuestión de minutos se pasa de la llanura y su temperatura cálida, a un paisaje de mediana altitud con temperaturas mucho más frescas.  

Su ubicación, su clima y su forma la han convertido en el destino ideal para avistar el amanecer llanero, sentir la congelante brisa mañanera y disfrutar de la vista de postal que solo La Piedra del Sol puede ofrecer, además, la topografía de sus alrededores la convierten en un sitio de fácil acceso, puesto que, al estar asentada en la parte más alta de un valle, llegar a ella caminando no es para nada descabellado.  

De esta manera, “la Piedra del Sol” se convierte en otro increíble e imperdible destino natural de la Ruta65, por eso, si lo que desea es escapar por un momento de la ciudad, conectarse con la naturaleza, ya sea contemplando el amanecer llanero, respirando aire puro, disfrutando de la vista, compartiendo un picnic o incluso, acampando, este es el lugar indicado, no olvide siempre contactarse con un operador turístico registrado que pueda guiarlo de forma segura a todos estos destinos tan impresionantes.